miércoles, 20 de agosto de 2008

Sobre el análisis de necesidades

Mi alumno de clases particulares se ha ido de vacaciones y ello me ha dado una ocasión buenísima para replantearme la programación que voy a llevar a cabo con él. Aun no he hablado de este alumno en el blog porque no me decidía a incluirlo en el grupo de “inmigrantes” que aprenden EL2 (ésto da para otra entrada). Él es un inglés de mediana edad, casado con una española, que lleva dos años en España y trabaja en un banco con un cargo de responsable de sección. Contactó conmigo porque en estos dos años no acaba de hablar bien, a pesar de cursos en la universidad, academias… no lograba pasar de un nivel inicial. En su trabajo comenzaban a exigirle presentaciones en español y ya no podía eludir más el tema. A pesar de la urgencia con la que necesita el español no dispone de mucho tiempo, sólo damos clase una hora y media semanal, y ésto ralentiza el aprendizaje. Me he planteado que con él debo tener muy claras una serie de necesidades muy concretas que no se parecen para nada al otro tipo de alumnos que he tenido. Sí, a ambos les urge el español, a unos para comunicarse en su vida diaria y a otro en su vida profesional. Me plantee: ¿necesita este alumno clases de Español con fines específicos para desarrollar su trabajo en la banca? En principio creo que sí, aunque es razonable pensar que debe afianzar antes sus bases de español general para poder usarlo en el ámbito laboral. Durante el curso de Didáctica para la enseñanza de EFE nos demostraron que las clases de español con fines específicos no son en absoluto diferentes de las de ELE general, los contenidos son exactamente los mismos (claro, no voy a enseñarle yo a invertir en bolsa) tan sólo que están orientados a las necesidades comunicativas de los alumnos, en este caso las que desarrollen en su puesto de trabajo (por ejemplo, la función de pedir la opinión puede aplicarse a una reunión de departamento “¿qué os parecen los cambios que vamos a aplicar? En mi opinión esos cambios no son necesarios”.)

Otro problema con el que me enfrento, además del tiempo, es el material. Tengo muchas ganas de tener en posesión un “Socios”, que sólo he hojeado en la librería, porque respondería a muchos de mis planteamientos. El material de que sí dispongo es un libro destinado a adolescentes/jóvenes que a veces se nos queda un poquito corto y otras resulta ridículo. Alguna vez he tenido que modificar contenidos del tipo: “¿qué consejo le darías a un amigo que tiene muchos granitos?” por “¿qué consejo le darías a una persona que quiere invertir en bolsa?”. Me gusta crear mis propias actividades, pero cuando empezamos a dar clase me dijo que el antiguo profesor le traía demasiadas fotocopias…

Ahora, con un poquito de tiempo y perspectiva puedo renovar mi análisis de sus necesidades. Buscaré algún cuestionario para que él también reflexione sobre sus necesidades, creencias y propósitos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola guapa
Estoy de vuelta y lo primero, pasarme por los blogs amigos y saludar, así pues, te dejo un saludito de los míos y ánimo con tu alumno inglés, seguro que aprenderá muchísimo contigo.
Estela

Mª Isabel González Martínez dijo...

Hola Fátima,

Todo esto que cuentas me suena de algo :). Yo también tengo gente a la que le doy una hora de clase semanal y tengo sensaciones encontradas. Para empezar, los materiales no se terminan de ajustar al perfil de mis alumnos y ando siempre haciéndoles apaños, al igual que tú. Por otro lado, seguir una unidad didáctica se me hace muy complicado porque con una hora semanal necesitamos dos meses para completar una. Por eso últimamente no paro de darle vueltas y creo que lo mejor es plantear actividades y/o temas que empiecen en esa hora de clase.
En cuanto al tema de las fotocopias, yo solía hacer muchas pero con el tiempo me he dado cuenta de que no me sirve de nada porque pasan a engrosar una carpeta que no se suele revisar. Así que es un poco complicado.
En fin... Sólo me queda animarte y decirte que si puedo ayudarte en algo, ya sabes dónde estoy.
Un abrazo